
Los estadounidenses se han hartado. A tan solo un mes de la presidencia de Donald Trump, el magnate inmobiliario de tono anaranjado se desploma en las encuestas. Según dos nuevos sondeos de CNN/SSRS y The Washington Post/Ipsos, la aprobación del presidente republicano está en números rojos (47-52 en la encuesta de CNN, 45-53 en la de The Post), una caída en comparación con mediciones anteriores que mostraban una división más equitativa entre los votantes.
Pero los estadounidenses son resilientes y están luchando de vuelta.
Los boicots están funcionando. Los anfitriones de Airbnb están abandonando la plataforma tras los reportes de que el multimillonario cofundador Joe Gebbia está colaborando con Elon Musk en su campaña de desmantelamiento gubernamental.
Aunque Gebbia renunció a Airbnb en 2022, sigue siendo miembro de la junta directiva y un accionista importante. Ahora, según The New York Times, ha accedido a trabajar con el Departamento de Eficiencia Gubernamental de Musk, conocido como DOGE. Los detalles de su rol son vagos, pero su sola implicación ha sido suficiente para desatar indignación. En los foros de la comunidad de Airbnb, más de la mitad de las publicaciones recientes provienen de usuarios amenazando con abandonar la plataforma en protesta.
Mientras tanto, los tribunales están poniendo freno al DOGE.
Una jueza federal bloqueó temporalmente el acceso del Departamento de Eficiencia Gubernamental a datos estudiantiles confidenciales tras una demanda del sindicato American Federation of Teachers por preocupaciones de privacidad. La jueza Deborah Boardman, del Distrito de Maryland, argumentó que el gobierno federal no presentó evidencia convincente de que DOGE necesitara esta información para cumplir sus objetivos. Este fallo impide al departamento ejecutar lo que Musk ha llamado una “auditoría” del sistema de préstamos estudiantiles mientras el caso sigue en curso.
El pueblo también se está haciendo escuchar en las calles.
Las protestas contra Trump y sus políticas han aumentado en la última semana. Manifestantes desafiaron temperaturas gélidas en el noreste de EE.UU. gritando "No hay reyes en el Día de los Presidentes" y tratando de ingresar al Capitolio de Arizona para oponerse a un proyecto de ley que reforzaría la aplicación de las leyes migratorias federales. En Florida y California, cientos de personas participaron en marchas bajo el lema "Not My President’s Day", organizadas por el Movimiento 50501. Estas protestas, junto con otras el 5 de febrero, han dejado claro que millones de estadounidenses rechazan a Trump y su cómplice, el multimillonario Elon Musk, líder de DOGE.
El levantamiento ciudadano también se ha hecho sentir en Idaho.
El sheriff del condado de Kootenai, Robert Norris, está bajo investigación independiente tras un escandaloso incidente en el Comité Central Republicano del condado. Durante el evento, la Dra. Teresa Borrenpohl fue expulsada violentamente por la empresa de seguridad Lear Asset Management, mientras Norris grababa la escena sin intervenir. Borrenpohl, acusada falsamente de agresión, vio los cargos en su contra retirados por la fiscalía, y la empresa de seguridad perdió su licencia por operar ilegalmente. Lejos de quedarse callada, Borrenpohl ha recaudado más de 150,000 dólares para su defensa legal y sigue denunciando esta represión como un ataque contra la libertad de expresión.
Y si quedaba alguna duda de que la resistencia está funcionando, en Idaho, un CEO aliado de Trump acaba de caer en desgracia.
Tom Hill, CEO de ESI Construction, renunció tras la indignación provocada por un video viral donde hace un saludo nazi en apoyo a Trump. En respuesta, la compañía anunció una reestructuración y la creación de un grupo de responsabilidad corporativa. Una clara señal de que los estadounidenses no están dispuestos a tolerar manifestaciones de extremismo fascista en las esferas empresariales.
La resistencia contra Trump y sus aliados sigue creciendo, desde los tribunales hasta las calles y las salas de juntas. Gracias a los estadounidenses que aún creen en la democracia y en la justicia, la lucha contra la tiranía continúa.
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