¡USAID Y SU PAPEL EN LA GUERRA ENCUBIERTA CONTRA LATINOAMÉRICA!

Publicado el 7 de febrero de 2025, 6:12

Elon Musk no es santo de mi devoción. Para muchos, incluido yo, es el verdadero presidente no electo de los Estados Unidos, con una influencia que supera incluso la de Donald Trump. Su control sobre la tecnología, los medios de comunicación y las redes sociales lo convierte en una figura clave en la política global, capaz de moldear discursos y decidir qué información se difunde o se censura. Sin embargo, a pesar de su conexión con la extrema derecha estadounidense y su complicidad con las elites fascistas internacionales, hay un punto en el que sus palabras encuentran eco en una realidad innegable: la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) es una organización criminal que debe desaparecer.

Musk ha denunciado a la USAID por estar involucrada en el financiamiento de guerras biológicas, incluyendo la supuesta manipulación del virus del COVID-19. Además, ha mencionado su conexión con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en actividades de espionaje y desestabilización de gobiernos. Esto no es nada nuevo para América Latina. La USAID ha sido, desde su creación, un brazo encubierto de la injerencia estadounidense, diseñado para socavar la soberanía de los pueblos y promover golpes de Estado en naciones que no se alinean con los intereses de Washington.

Bajo la fachada de una organización humanitaria, la USAID ha desplegado su influencia en todo el mundo con presupuestos millonarios destinados a debilitar gobiernos, formar opositores y financiar conflictos. Su estrategia principal en América Latina ha sido la de "capacitar líderes jóvenes", un eufemismo para la creación de movimientos desestabilizadores que buscan imponer regímenes favorables a Estados Unidos. No es casualidad que su presencia sea notable en países con recursos estratégicos o posiciones geopolíticas clave, como Venezuela, Bolivia y Cuba.

Pero, ¿realmente desaparecerá la USAID? Difícilmente. Lo que estamos viendo es una posible reconfiguración, una estrategia de "rebranding" para suavizar su imagen y adaptarse a los nuevos tiempos. Como ha señalado el exmarine Brian Berletic, la administración Trump y sus aliados buscan dividir a la opinión pública entre izquierda y derecha, de modo que puedan relanzar la agencia con una nueva etiqueta conservadora y seguir justificando su intervención en el extranjero.

Independientemente del nombre que adopte en el futuro, la estructura de dominación estadounidense se mantendrá intacta. Ya sea a través de la USAID, la CIA o fundaciones privadas, el imperialismo seguirá buscando nuevas formas de manipular y controlar a los países del sur global. América Latina debe permanecer alerta y resistir estas injerencias que, lejos de fomentar el desarrollo, buscan perpetuar la dependencia y el sometimiento.

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