En 1776, los colonos ingleses dijeron basta. Le dijeron al rey Jorge III que se fuera al diablo. Se rebelaron contra la monarquía y los oligarcas que les imponían impuestos y un gobierno sin representación. En 2025, casi 250 años después, Estados Unidos enfrenta un problema similar, pero con un giro siniestro. Ahora, un gobierno en las sombras es controlado por un hombre con una fortuna cercana a los 500 mil millones de dólares, más de lo que posee la mitad de la población del continente. Como jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), este oligarca codicioso y manipulador, un inmigrante sudafricano llamado Elon Musk, está accediendo a datos críticos, desmantelando servicios gubernamentales y actuando con más poder que el propio presidente, sin haber sido elegido ni confirmado por el Senado. En otras palabras, es la destrucción de nuestro gobierno sin representación. Hemos entregado nuestro patrimonio a un frío y despiadado oligarca no electo.
Donald Trump alguna vez prometió luchar contra la corrupción del sistema político. Hoy, con Elon Musk operando con impunidad en las entrañas del gobierno federal, Trump ha llevado la corrupción a niveles sin precedentes.
A pesar de haber llegado al poder denunciando a políticos corruptos y asegurando que el sistema estaba "roto", Trump ha puesto al hombre más rico del mundo a desmantelar las instituciones de las que dependen millones de familias estadounidenses. Mientras Trump promete "reclamar nuestra democracia" y "acabar con la corrupción en el gobierno", ha entregado el país a un oligarca que está desmantelando la seguridad social, debilitando programas médicos y destruyendo la protección contra crímenes financieros.
Aún peor, Musk ni siquiera está tomando estas decisiones solo. En su equipo de DOGE, los que están "reformando" el gobierno son un grupo de "escuincles cagones" con un historial preocupante. Uno de ellos, Edward Coristine, de 19 años, tiene vínculos con hackers y plataformas de ciberataques. Ha fundado múltiples empresas de dudosa reputación y se le ha asociado con sitios web registrados en Rusia.
Otro, Marko Elez, de 25 años, tuvo acceso a datos financieros confidenciales del gobierno, pero renunció después de que se revelaran sus publicaciones racistas en X. Entre sus declaraciones se encuentran comentarios supremacistas y llamados a la "normalización del odio" hacia ciertas etnias.
Este es el tipo de gente a la que Elon Musk ha puesto a decidir sobre el futuro de millones de estadounidenses. Mientras tanto, Trump, el mismo que prometió devolver el gobierno al pueblo, lo ha entregado a un multimillonario incompetente y a un grupo de jóvenes problemáticos sin experiencia.
El resultado de esto ya se está viendo. DOGE ha despedido empleados públicos con experiencia, ha usado inteligencia artificial defectuosa para "optimizar" programas esenciales y ha puesto en riesgo datos críticos del gobierno. Lo que Trump ha hecho no es solo traicionar sus promesas, sino abrir las puertas de la corrupción a niveles sin precedentes.
Este no es el gobierno de la gente. Es el gobierno de un oligarca en la sombra y de sus peones irresponsables. Y si no se detiene ahora, las consecuencias serán catastróficas para el futuro de Estados Unidos.
(Post-data: De ningún modo pienso que todos los "chamacos" de ahora son "escuincles cagones". Uso el término despectivamente para referirme específicamente a estos dos individuos que carecen de experiencia gubernamental, pero que están tomando decisiones que nos afectarán a todos. Espero que todos los contribuyentes al gobierno tomen cartas en el asunto: hay que llamar a los congresistas y exigirles que tengan el valor suficiente para asumir su papel en el proceso, en lugar de permitir que un patán se salga con la suya.)
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