A finales de los 80, pasé unos años en Argentina como parte de una organización religiosa que evangelizaba un dogma curiosamente fundado en EE.UU. La mayor parte del tiempo estuve en Rosario y Buenos Aires. Allí supe de un cura jesuita que ayudaba a los pobres en las villas miseria, un tal Bergoglio. Nunca lo conocí, pero oí hablar de él antes de que fuera obispo. Su servicio a los "descamisados" era conocido, y vi muchas campañas sanitarias con medicinas de Italia y el Vaticano.
Hoy, el ahora Papa Francisco sigue dando de qué hablar. Esta vez, criticó duramente a Donald Trump por su política de deportaciones masivas. En una carta a los obispos de EE.UU., advirtió que la expulsión forzada de personas les arrebata su dignidad inherente y "terminará mal".
El texto dice:
"El acto de deportar a personas que en muchos casos han abandonado su propia tierra por extrema pobreza, inseguridad, explotación, persecución o deterioro ambiental, lesiona la dignidad de hombres, mujeres y familias enteras, colocándolos en un estado de vulnerabilidad e indefensión".
🔗 Carta completa
Francisco condenó la deportación de miles sin considerar sus circunstancias individuales, tachándola de inhumana y contraria a los principios cristianos. También pareció responder al vicepresidente JD Vance, quien justificó la política de Trump con argumentos teológicos medievales. Citó el Éxodo y la experiencia de Jesús como refugiado para defender el derecho a buscar refugio y criticó la criminalización de los migrantes. "Lo que se construye sobre la fuerza y no sobre la verdad de la dignidad humana, empieza mal y terminará mal", sentenció.
Además, refutó la interpretación de Vance sobre el ordo amoris, que prioriza a ciudadanos sobre migrantes. Francisco aclaró que el verdadero amor cristiano es "una fraternidad abierta a todos, sin excepción", aludiendo a la parábola del Buen Samaritano.
A pesar de estas críticas, Trump mantiene un fuerte respaldo entre los votantes católicos, logrando un 54% en 2024. Y las tensiones con el Papa no son nuevas: en 2016, Francisco visitó la frontera de EE.UU. con México y declaró que "quien construye muros en vez de puentes no es cristiano".
Con todo respeto, hubiera querido que el Pontífice también cuestionara a Obama por sus más de 800 mil deportaciones. Aun así, celebro que reafirme su compromiso con los migrantes y su rechazo a políticas que considera inhumanas y contrarias al evangelio.

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