
El Batallón de San Patricio: Historia y Legado
El Batallón de San Patricio fue una unidad militar integrada principalmente por soldados inmigrantes irlandeses que desertaron del ejército de Estados Unidos para unirse al ejército mexicano durante la Guerra México-Estados Unidos (1846–1848). Este episodio histórico refleja un vínculo especial entre México e Irlanda, ya que ambos países comparten tradiciones católicas y, en aquel momento, un enemigo común.
Origen del Batallón de San Patricio
En 1846, al inicio de la intervención estadounidense en México, el ejército de Estados Unidos (a veces llamado de forma coloquial “gabacho” en México) se encontraba acampado cerca de la ciudad fronteriza de Matamoros. Un joven soldado de origen irlandés, John Riley (a veces citado como John O’Reilly), pidió permiso para acudir a la iglesia local, aprovechando su fe católica. Riley formaba parte de los cientos de voluntarios inmigrantes enlistados en las filas estadounidenses bajo oficiales graduados de West Point que invadían México a principios de 1846. Tras varias visitas al templo, en abril de ese año el joven soldado ya no regresó a su campamento: desertó. Al igual que muchos otros inmigrantes irlandeses y alemanes (en su mayoría católicos), John Riley decidió cambiar de bando y unirse al ejército mexicano.
Este grupo de soldados desertores formó el núcleo de lo que sería el Batallón de San Patricio. En Matamoros, el ejército mexicano contaba con unos 3.000 hombres mal alimentados, que apenas podían calmar el hambre mascando chicle. La incorporación de Riley y sus camaradas extranjeros aportó experiencia en artillería al ejército mexicano, que carecía de recursos. El batallón formado por estos voluntarios adoptó el nombre de San Patricio (Saint Patrick, santo patrono de Irlanda) en honor a sus raíces. También diseñaron una bandera distintiva: de fondo verde, con un arpa dorada y el lema “Erin Go Bragh” (Irlanda por siempre) en una cara, y en la otra la imagen de San Patricio (Batallón de San Patricio - Wikipedia, la enciclopedia libre). Bajo esta bandera, los San Patricios quedarían formalmente integrados al ejército mexicano.
Participación en la Guerra contra Estados Unidos
Los miembros del Batallón de San Patricio demostraron su valía en las primeras batallas de la guerra. Su bautismo de fuego como unidad mexicana ocurrió en la Batalla de Monterrey (21 de septiembre de 1846), donde sirvieron como artilleros bajo el mando de John Riley (Batallón de San Patricio - Wikipedia, la enciclopedia libre). En Monterrey, combatieron con tenacidad y contribuyeron a repeler dos asaltos estadounidenses al centro de la ciudad. También destacaron en la Batalla de la Angostura (Buena Vista, febrero de 1847), en la cual sufrieron numerosas bajas pero lograron diezmar a un batallón atacante y capturar dos cañones enemigos (Batallón de San Patricio - Wikipedia, la enciclopedia libre) (Batallón de San Patricio - Wikipedia, la enciclopedia libre). Su extraordinario desempeño se atribuía en gran medida a su conocimiento de la artillería y a su disciplina.
A pesar del valor demostrado, a mediados de 1847 el general Antonio López de Santa Anna ordenó transformar a los San Patricios en un batallón de infantería, retirándolos de las piezas de artillería (Batallón de San Patricio - Wikipedia, la enciclopedia libre). Aun como infantes, continuaron sirviendo con distinción. Cuando el general Winfield Scott desembarcó en Veracruz en marzo de 1847 con cerca de 12.000 soldados estadounidenses (en la que fue hasta entonces la mayor invasión anfibia de la historia) (Winfield Scott - Wikipedia) (Winfield Scott - Wikipedia), inició la fase decisiva de la guerra. Scott avanzó tierra adentro hacia la capital siguiendo en parte la ruta de Hernán Cortés.
En abril de 1847, Santa Anna fue derrotado en la Batalla de Cerro Gordo, lo que dejó el camino abierto hacia la Ciudad de México. (Santa Anna, famoso general mexicano que ya había perdido una pierna en la Guerra de los Pasteles contra Francia, se retiró tras Cerro Gordo a reorganizar sus fuerzas). El ejército invasor continuó su avance: tras vencer en Contreras (Padierna), los estadounidenses llegaron a las afueras de la capital en agosto de 1847.
La Batalla de Churubusco y la Captura de los San Patricios
El Batallón de San Patricio jugó un papel crucial en la Batalla de Churubusco (20 de agosto de 1847), en las afueras de la Ciudad de México. Allí, un contingente de fuerzas mexicanas diezmadas —incluyendo a los San Patricios— se atrincheró en el Convento de Santa María de Churubusco, cuyos gruesos muros de piedra ofrecían una buena defensa. Alrededor de mil defensores mexicanos resistieron el embate de las tropas estadounidenses durante varias horas. Sin embargo, la desproporción de fuerzas y la escasez de suministros marcaron el desenlace: tras intensos combates, los defensores se quedaron sin municiones, y una explosión en su reserva de pólvora terminó por incapacitar cualquier resistencia adicional (Batallón de San Patricio - Wikipedia, la enciclopedia libre) (Batallón de San Patricio - Wikipedia, la enciclopedia libre). Aun así, algunos soldados como el capitán Patrick Dalton intentaron continuar la lucha derribando la bandera blanca de rendición, aunque la situación era insostenible (Batallón de San Patricio - Wikipedia, la enciclopedia libre) (Batallón de San Patricio - Wikipedia, la enciclopedia libre). Finalmente, el convento cayó en silencio una vez agotadas todas las balas.
Cuando las fuerzas de Estados Unidos entraron al convento, exigieron a los soldados mexicanos que entregaran las armas y el resto de su parque (municiones). El general Pedro María Anaya, al mando de la defensa mexicana, respondió con dignidad a la petición de rendición. Su célebre frase ante el general estadounidense Twiggs fue: “Si hubiera parque, no estaría usted aquí” (Batallón de San Patricio - Wikipedia, la enciclopedia libre) (Batallón de San Patricio - Wikipedia, la enciclopedia libre), dando a entender que, de tener municiones, jamás se hubieran rendido.
Tras la caída de Churubusco, prácticamente todos los sobrevivientes del Batallón de San Patricio fueron capturados. La batalla había sido devastadora para ellos: iniciaron el combate con dos compañías completas (unos 204 hombres), y en pocas horas perdieron cerca del 60% de sus efectivos entre muertos, heridos o prisioneros (Batallón de San Patricio - Wikipedia, la enciclopedia libre) (Batallón de San Patricio - Wikipedia, la enciclopedia libre). Entre los capturados se contaban John Riley (herido durante la batalla) y otros 85 hombres, de los cuales se comprobó que 72 eran soldados desertores del ejército estadounidense (Batallón de San Patricio - Wikipedia, la enciclopedia libre) (Batallón de San Patricio - Wikipedia, la enciclopedia libre). Unos pocos San Patricios lograron escapar junto con tropas mexicanas en retirada, pero eran demasiado pocos para constituir una unidad organizada y desaparecerían en los días siguientes.
Juicio y Castigo Ejemplar
Los soldados del Batallón de San Patricio capturados enfrentaron un severo castigo por parte del ejército de Estados Unidos. Considerados traidores por haber combatido contra la bandera bajo la cual habían servido, fueron sometidos a cortes marciales. Aquellos que habían desertado antes de la declaración formal de guerra (como el capitán John Riley) se libraron de la pena de muerte, pero recibieron 50 latigazos en la espalda y fueron marcados en la mejilla con la letra “D” (de desertor) con un hierro al rojo vivo (Batallón de San Patricio - Wikipedia, la enciclopedia libre) (Batallón de San Patricio - Wikipedia, la enciclopedia libre). Además, fueron forzados a realizar trabajos pesados con grilletes durante el resto de la ocupación.
Por otro lado, a aquellos miembros del batallón que se habían unido al ejército mexicano después de iniciada la guerra se les aplicó la pena máxima. En septiembre de 1847, un total de aproximadamente 50 San Patricios fueron ahorcados en masa en diferentes fechas. Las primeras ejecuciones tuvieron lugar el 10 de septiembre en San Ángel (frente a la Iglesia de San Jacinto), donde 16 soldados del batallón fueron colgados, seguidas por 4 más ejecutados en Mixcoac al día siguiente (Batallón de San Patricio - Wikipedia, la enciclopedia libre). La ejecución final y más notoria ocurrió el 13 de septiembre de 1847, durante la culminante Batalla de Chapultepec. Ese día, 30 desertores (en su mayoría irlandeses de los San Patricios) fueron conducidos al patíbulo. Por orden del general Winfield Scott, se les hizo esperar con la soga al cuello hasta el momento preciso en que la bandera de Estados Unidos sustituyera a la bandera mexicana en lo alto del Castillo de Chapultepec; justo cuando el estandarte estadounidense se izó en el asta del castillo, las carretas que servían de cadalsos fueron retiradas, ejecutando a todos simultáneamente (Batallón de San Patricio - Wikipedia, la enciclopedia libre) (Batallón de San Patricio - Wikipedia, la enciclopedia libre). Esta drástica medida pretendía dar un escarmiento visible a cualquier otro soldado que contemplara desertar.
John Riley, al haber desertado antes de la guerra, fue testigo de la ejecución de sus compañeros pero no sufrió la horca. No obstante, además de los azotes y la marca infamante, se le obligó a cavar las tumbas de sus camaradas ejecutados como parte de su castigo. Tras finalizar la guerra y la ocupación estadounidense, Riley fue dado de baja del ejército mexicano en agosto de 1850 debido a problemas de salud (se había enfermado de fiebre amarilla). Su destino final ha sido poco claro, pero documentos indican que murió a finales de agosto de 1850; habría sido enterrado el 31 de agosto de ese año en Veracruz, registrado bajo el nombre castellanizado de Juan Reley (Batallón de San Patricio - Wikipedia, la enciclopedia libre).
Destino y Legado del Batallón
Con la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo en 1848 y el fin de la guerra, el Batallón de San Patricio dejó de existir formalmente. Ese mismo año, el gobierno mexicano decidió disolver la unidad restante (Batallón de San Patricio - Wikipedia, la enciclopedia libre). La mayoría de sus integrantes que sobrevivieron cayeron en el olvido histórico: algunos pocos se asentaron en México e incluso reclamaron tierras que les habían sido prometidas, pero de la mayoría no se volvió a saber. La gesta del Batallón de San Patricio, sin embargo, no fue olvidada por completo.
En México, este grupo de soldados irlandeses es recordado como símbolo de solidaridad internacional y heroísmo. Sus contribuciones y sacrificio se conmemoran anualmente en dos fechas: el 12 de septiembre (aniversario de las ejecuciones) y especialmente el 17 de marzo, día de San Patricio, santo patrono de Irlanda (Batallón de San Patricio - Wikipedia, la enciclopedia libre). En la Ciudad de México existe un monumento conmemorativo dedicado al Batallón de San Patricio, ubicado en la Plaza de San Jacinto, en la colonia San Ángel (cerca del sitio de su primera ejecución). En este lugar se instaló una placa que lista los nombres de 71 miembros identificados del batallón, de los cuales 48 eran irlandeses y 13 alemanes (Batallón de San Patricio - Wikipedia, la enciclopedia libre) (Batallón de San Patricio - Wikipedia, la enciclopedia libre). Asimismo, el nombre “Batallón de San Patricio” está inscrito con letras de oro en el Muro de Honor de la Cámara de Diputados de México, reconociéndolos entre los héroes nacionales.
Fuentes y reconocimiento: Este texto se basa en información histórica documentada –notablemente en trabajos de la historiadora Laura Ibarra– para garantizar la precisión de los hechos. Cada 17 de marzo, Día de San Patricio, México recuerda y rinde homenaje a los héroes del Batallón de San Patricio, cuyo legado perdura como ejemplo de lealtad a los principios y empatía entre pueblos más allá de las fronteras.
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