
El nuevo truco político de Elon Musk y la administración Trump ya llegó, y esta vez la traen contra una de las instituciones más importantes de EE.UU.: la Administración del Seguro Social (SSA). En una jugada que huele a desesperación y oportunismo, Musk y el equipo de Trump están empujando recortes brutales a la SSA con el pretexto de combatir el fraude—fraude que, según ellos, es cometido por inmigrantes indocumentados.
Esto no es solo una mala política, es una campaña de desinformación descarada diseñada para echarle la culpa—otra vez— a los inmigrantes. Musk anda diciendo, sin pruebas, que los indocumentados están drenando cientos de miles de millones de dólares del Seguro Social, Medicaid y programas de discapacidad como parte de un plan maquiavélico de los demócratas para ganar votos. El detalle es que los inmigrantes sin estatus legal no califican para recibir beneficios del Seguro Social, pero eso no ha frenado a Musk de soltar cifras sacadas de la manga. Recientemente le dijo al senador Ted Cruz que el fraude cuesta entre 100 y 200 mil millones de dólares al gobierno, sin ofrecer ni una pizca de evidencia. ¿Les suena familiar? Es la misma táctica de siempre de Trump: culpar a los inmigrantes de todos los problemas y vendérselo a su base como una jugada patriótica.
La verdadera consecuencia de estos supuestos recortes contra el fraude no caerá sobre los inmigrantes, sino sobre los jubilados, discapacitados y trabajadores que dependen del Seguro Social. Entre los planes de la administración Trump están despedir a miles de empleados de la SSA, cerrar oficinas de atención y eliminar las solicitudes por teléfono. Para muchos, estas oficinas son la única manera de acceder a sus beneficios, y su cierre dejará a los más vulnerables en el limbo. Ya un informe del gobierno encontró que los tiempos de espera en la SSA son insoportables, con algunas citas programadas hasta 40 días en el futuro. Con menos personal y recursos, esto solo va a empeorar.
Musk y Trump insisten en que no están recortando beneficios, solo eliminando el fraude. Pero los expertos han señalado que el fraude en el Seguro Social es cometido, en su mayoría, por redes criminales organizadas y estafadores dentro del sistema, no por inmigrantes indocumentados. De hecho, la realidad es la opuesta: los inmigrantes indocumentados aportan miles de millones al Seguro Social sin recibir un solo centavo de vuelta. Solo en 2022, pagaron 25.7 mil millones de dólares en impuestos al Seguro Social y 6.4 mil millones al Medicare. No están drenando el sistema, lo están sosteniendo.
Pero a Trump y Musk no les importan los hechos cuando tienen un chivo expiatorio para explotar. Musk ha dicho que recortar el Seguro Social de alguna manera frenará la inmigración ilegal, como si los indocumentados vinieran a EE.UU. solo por beneficios que ni siquiera pueden recibir. También ha insinuado que este fraude inexistente es una herramienta de los demócratas para “comprar votos”, a pesar de que los no ciudadanos, incluidos los inmigrantes indocumentados, no pueden votar en elecciones federales o estatales.
Más allá de la deshonestidad descarada de estas afirmaciones, el mensaje es clarísimo: Trump y Musk están dispuestos a desmantelar programas esenciales con tal de ganar puntos políticos. No les interesa proteger el Seguro Social, les interesa usarlo como arma en su agenda antiinmigrante y desviar la atención de los verdaderos problemas económicos del país.
Esto no es una política seria, es puro cuento chino. Y si no lo denunciamos como lo que es, serán los jubilados y discapacitados quienes paguen el pato.
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